La costa situada al oeste de Málaga capital configura la comarca conocida como Costa del Sol occidental, en ella se encuentra los municipios más grandes de la provincia que han hecho del turismo, el sol y la playa su bandera.
Torremolinos, Estepona, Fuengirola, Benalmádena y, por supuesto, Marbella son las grandes ciudades turísticas de la costa, y junto a ella encontramos pueblos blancos que se sitúan al ladito del mar disfrutando tanto de las ventajas de la costa como los de la sierra, son Casares, Benahavís, Manilva, Istan y Mijas; pero son todos los que gozan de encantos en el interior.
Estos municipios han sabido conservar algún rincón de importante reclamo para el turismo rural. En el caso de Estepona y Marbella destaca la presencia en sus municipios de la Sierra de Bermeja, paso natural desde la Costa hasta la Serranía de Ronda. En estos paisajes es posible disfrutar, además de un entorno natural excepcional, de unas increíbles vistas de la costa hacia Gibraltar y las costa de Marruecos.
Los pueblos blancos deben su nombre a la costumbre de sus habitantes de encalar frecuentemente las fachadas de las casas. Se caracterizan por sus calles estrechas y enflorecidas de jazmín, dama de noche y Gitanillas con casas de rojos tejados.
Muchos de estos pueblos conservan un castillo o restos de un castillo, murallas, fuentes, Acequias y Baños arabes.
Pero cuando esta tierra toma la identidad que ya nunca ha perdido fue durante la dominación musulmana. Sus calles, plazas, acequias y molinos destilan ese aroma de Al-Andalus que aún conserva lo esencial de su encanto.